lunes, 29 de enero de 2018

Comentario editorial del 28-01-18

 

COMENTARIO EDITORIAL DEL 28-01-18

 

La semana: como siempre hemos tenido de todo y muchas cosas repetidas, empezando por la pasión de catalanes y toda esa orgía que se están montando El Gobierno, la oposición y los independentista, algo que los españoles estamos más que artos de todo ese despropósito que solo sirve para el beneficio propio, ese río revuelto es lo que le hace que algunos vivan como jamás hubiesen pensado.

Pero esta semana una de las noticias que mas de habló fueron  los datos laborales del pasado año unos datos que en los últimos trimestres, tanto la oposición como los  sindicatos se han visto obligados a modificar su discurso político debido a la contundencia de los mismos. España acumula ya cinco años de descensos consecutivos de paro y cuatro de creaciones de empleo dejando su nivel más bajo desde 2008 según la última Encuesta de Población Activa (EPA).

Por ello, en lugar del paro, los ataques al Gobierno se centran ahora en denunciar la precarizad laboral que sufre el país, entendida esta como la combinación de contratos temporales y sueldos bajos. Desde el PSOE nos dicen que el Gobierno fomenta la contratación temporal y el empleo parcial, desde Podemos hablan del hundimiento del mercado de trabajo y las condiciones de vida de las personas trabajadoras, y desde Ciudadanos nos dicen que el empleo que se genera en España es de baja calidad.

Tiene justificación estas críticas?? Hago esta pregunta,  porque una cosa  es que el mercado laboral español tenga un problema de dualidad, donde una parte de los trabajadores dispongan de empleo estable frente al resto, cosa que sucede desde los años 80, y otra muy distinta que la actual recuperación se esté traduciendo en una mayor precariedad, afirmaciones que no son del todo ciertas y que no quiero dar números para no ponerles la cabeza loca.

Pero si analizamos con rigor todos esos números podemos observar que la recuperación económica se está traduciendo en más empleo indefinido, más empleo juvenil y una ligera mejora del poder adquisitivo, lo cual no significa que no exista un problema de dualidad. España sufre una alta precariedad laboral, con períodos alternativos de paro y empleo temporal, que, en términos generales, afecta a casi un tercio de la población activa, pero no es un fenómeno nuevo, sino estructural. Por lo tanto creo que para que esto se verifique debe de haber una mayor flexibilidad, tal y como evidencian los buenos resultados cosechados por la reforma de 2012.

 

García MOLINA


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