domingo, 10 de diciembre de 2017

Comentario editorial del 10-12-17

 

COMENTARIO EDITORIAL DEL 10-12-17

La semana: la verdad que hubo noticias de todo tipo, una semana donde hemos tenido dos días festivos  donde muchos   españoles estuvieron de puente, aun así se habló de Cataluña que está en plena campaña electoral, con un órdago de los separatistas. Se hablo del Brexit que parece que se llega a un acuerdo entre Londres y Bruselas, lo ingleses siempre dando la nota como es habitual en ellos y como esta semana se celebró el día de La Constitución también se celebraron diferentes actos que como todos los años tenían un mismo denominador común. La reforma.

 

El próximo año se cumplirán cuarenta cuando   el pueblo español aprobó en referéndum nuestra  Constitución, sobre la que descansa el ordenamiento jurídico, político, económico y social de nuestra democracia.

 

Todos los años el 6 de diciembre el Congreso de los Diputados celebra el homenaje a la Carta Magna a pesar de que no pocos partidos con representación en el Hemiciclo trabajan diaria e incansablemente para su destrucción. Conviene tener esto bien presente para dejar en evidencia los dinamiteros de nuestra Ley Fundamental, que suelen detestarla por sus virtudes y no por sus defectos.

 

Hay partidos de  izquierdas y nacionalistas que quieren reformar la Constitución para buscar un nuevo encaje de Cataluña en España. Todos aquellos que están en este viaje suicida, es que la desigualdad que ya opera a favor de las regiones con movimientos secesionistas ha de consagrarse en el texto constitucional, a ver si así los separatistas y sus socios hacen a los demás españoles el inmenso favor de no destruir la Nación. Cuesta creer que haya formaciones políticas que, a estas alturas, sigan con esa letanía.  

El gravísimo desafío a la Nación y al Estado de Derecho, que está planteando el  separatismo catalán debería ser suficiente recordatorio de que en estos momentos lo que se impone es cumplir y hacer cumplir la Constitución, no dedicarle celebraciones vacías o, peor, proponer reformas en su articulado para contentar a los liberticidas que quieren hacerla saltar por los aires.

¿Reforma de la Constitución?  Si. Pero sólo si redunda en, más España y más Libertad, y nunca para contentar a los peores enemigos ni de España ni de la Libertad.

García MOLINA


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